1.- Presentación.
En el proceso
de aprendizaje del/la alumno/a, la colaboración de la familia es fundamental,
en la medida en que la familia es el marco de estabilidad de toda persona y en
la medida en que en este núcleo el/la alumno/a se forma como persona. En el
ámbito escolar, este/a alumno/a se forma intelectualmente y profundiza su
proceso de socialización.
Por ello, el
profesorado y la familia son y han de ser muy complementarios el uno con el
otro. Merced a esta estrecha colaboración el/la alumno/a puede desarrollarse
adecuadamente y alcanzar los objetivos planteados en toda la etapa educativa,
alcanzando a ser un ser social y socializado plenamente desarrollado e
intelectualmente plenamente preparado para ampliar conocimientos y poder, con
el tiempo, insertarse en el mundo laboral.
Cuando en
el/la alumno/a se manifiestan ciertos trastornos como puede ser el amplio
cuadro abarcado bajo la denominación de TDAH, la colaboración
profesorado-familia es absolutamente esencial. El profesorado debe atender
adecuadamente al alumnado que tiene a su cargo, y la familia debe educar y
formar socialmente a su hijo/a. Pero a menudo ocurre que la familia no sabe
cómo gestionar adecuadamente los comportamientos del/la hijo/a aquejado/a de
TDAH, y no sabe cómo lograr una evolución positiva del/la mismo/a. En ciertos
casos, la familia busca apoyo externo - en asociaciones dedicadas a este
problema - y en otros, busca el apoyo directamente en el ámbito escolar.
2.- Reuniones periódicas profesorado-familia y
contenidos.
Como
consecuencia de lo anterior, desde el ámbito escolar se debe dar respuesta a
las familias, tanto para informarlas de la evolución del/la alumno/a, como para
asesorarlas en cuanto a la gestión de la evolución del/la hijo/a. No se olvide
que una de las causas del fracaso escolar del/la alumno/a puede ser el rechazo
que siente la familia por el hijo/a aquejado de TDAH, o simplemente el
desinterés por la evolución educativa y curricular del hijo/a con TDAH que no
progresa en prácticamente en ningún ámbito.
La atención
que se debe dispensar a las familias debe materializarse en un programa de
reuniones profesorado-padres/madres en las que se traten de los siguientes
asuntos:
1.- Información
a la familia de la evolución actitudinal y curricular del hijo/a.
2.- Información
sobre las actuaciones seguidas por parte del profesorado con el/la alumno/a con
TDAH.
3.- Información
sobre los materiales adaptados con los que trabaja el/la alumno/a con TDAH.
4.- Tras
diálogo con la familia, indicación a ésta última de la tarea de supervisión que
debería ejercer, de forma que esta actuación se complemente con la labor
llevada a cabo por el profesorado, pero sin solaparla.
5.- En caso
necesario, informar a la familia de las actitudes que debe tener para con el/la
hijo/a con TDAH. Por ejemplo, inculcar al/a hijo/a la costumbre de apuntar la
tarea por hacer en una agenda o en un pequeño bloc de notas de bolsillo. La
familia deberá controlar la realización de las tareas indicadas según las instrucciones
del profesorado, con el fin de que no se den instrucciones contradictorias y,
por tanto, contraproducentes.
6.- En el
marco de estas reuniones periódicas, el profesorado debe estar abierto a las
sugerencias de las familias, por varios motivos: por ejemplo, la familia conoce
muy bien a su hijo/a, y por tanto puede asesorar sobre las actitudes a adoptar
para la evolución positiva del/la alumno/a.
7.- En líneas
generales, se debe dar una comunicación basada en el intercambio mutuo de toda
la información relativa al/la hijo/a / alumno/a con TDAH.
3.- Recomendaciones de actuaciones de la familia para
con su hijo/a con TDAH.
En el
transcurso de estas reuniones se ha de producir un intercambio de información
entre profesorado y familia sobre la evolución del/la alumno/a con TDAH.
Dado que en
muchos casos la familia no sabe cómo hacer frente a las manifestaciones propias
del síndrome de TDAH, el profesorado debe asesorarla sobre las actitudes a
adoptar. Como se ha dicho en los apartados anteriores, estas actuaciones deben
ser complementarias de las seguidas por el profesorado con el fin de que no se
produzca el temido y contraproducente solapamiento mutuo.
Las
actuaciones que debería seguir la familia para gestionar satisfactoriamente la
evolución de su hijo/a con TDAH, perfectamente complementadas con las
actuaciones llevadas a cabo por los/as docentes, deberían ser básicamente las
siguientes:
1.- Asesoramiento
a la familia.
1.1.- En
primer lugar, el profesorado, debidamente asesorado por el Departamento de
Orientación, deberá informar a la familia de las características del TDAH,
insistiendo en las mil y una facetas que se manifiestan con este síndrome, e
insistiendo en la evolución del mismo a lo largo del tiempo ("Dura toda la
vida pero con la edad se va haciendo más y más llevadero para alumno y familia,
hasta prácticamente no notarse en la edad adulta").
1.2.-
Tranquilizar a la familia sobre los efectos presentes y futuros del TDAH en
un/una niño/a. El TDAH no es una tara mental, y no impide un pleno desarrollo
del hijo/a como personal ni del/la alumno/a durante su proceso de aprendizaje.
En este sentido, se debería comentar los casos de grandes personalidades
pasadas y presentes con TDAH.
1.3.- El
profesorado deberá presentar a la familia el mapa de empatía del/la alumno/a
realizado por el equipo docente. Este mapa de empatía escolar se puede
completar con otro mapa de empatía familiar. A partir de estos dos mapas de
empatía se puede diseñar un plan de actuación integral para con el/la niño/a.
1.4.- La
familia seguramente puede requerir apoyo externo, además del que se proporcione
en el centro educativo. Por este motivo, el profesorado debería asesorar a la
familia sobre asociaciones y otras instituciones dedicadas al estudio y
tratamiento de los trastornos derivados del TDAH.
2.- Actitud
general.
2.1.-
Paciencia. Mucha paciencia. El TDAH dura toda la vida, si bien con el avance de
la edad se van mitigando sus manifestaciones (en realidad, apenas el alumnado
toma plena consciencia de las implicaciones de este síndrome y aprende consecuentemente
a gestionar sus esfuerzos). Los logros de un/a alumno/a con TDAH se consiguen a
lo largo de bastantes años. Además, cada tramo de edad tiene sus propias
manifestaciones específicas.
2.2.- NO hacer
sentir al/la hijo/a como diferente, y ni mucho menos inferior a los demás.
El/la niño/a con TDAH tiene sus sentimientos, su orgullo y su amor propio, como
todos/as los/as niños/as. Es muy importante reforzarle su autoestima, y hacerle
sentir como uno/a más de la familia y del ámbito social en el que se
desenvuelve.
2.3.- NO
"MACHACAR" al/la niño/a por no rendir ni comportarse lo
suficientemente bien. La familia deberá evitar toda actitud que dé a pensar
al/la hijo/a que se le rechaza, cualquiera que sea el motivo que haya dado
previamente. La actitud general de la familia deberá combinar firmeza y
paciencia, todo ello bajo un manto de mucho cariño (aunque a veces no tenga más
remedio que adoptar una actitud dura).
3.- Actitudes
frente al estudio.
3.1.- Control
de la agenda de trabajo del/la hijo/a. Toda la actividad que debe realizar
el/la hijo/a en el ámbito escolar debe estar recogida en la agenda escolar. En
su defecto, deberá estar recogida en un pequeño bloc de notas de bolsillo. La
familia deberá controlar este documento, y deberá supervisar que el/la hijo/a
realice las actividades reseñadas (estudio, preparación de un examen, deberes,
tareas temáticas...).
3.2.- Control
de los tiempos de trabajo del/la hijo/a. El/la alumno/a con TDAH debe regirse
por unos tiempos de trabajo distintos de los de los/as demás niños/as. El grado
de trabajo que debe desarrollar un/una alumno/a con TDAH es proporcionalmente
mayor que el que deben desarrollar el resto del alumnado. Ello acarrea más
cansancio acumulado, y una rápida pérdida de la capacidad de concentración. Por
ello, es del todo necesario que la familia supervise el trabajo de casa del/la
hijo/a, sin forzarlo/a a realizar más trabajo del que pueda desempeñar. Un /una
alumno/a con TDAH puede "bloquearse" muy rápidamente, y en este caso
se impone un tiempo de descanso.
El alumnado
con TDAH se "agobia" ante una tarea larga. Por ello, deberá realizar
más tareas que los/as demás compañeros/as de clase, pero bastante más cortas.
El alumnado con TDAH "se bloquea" con una tarea larga, la cual no va
a terminar. Pero se va a sentir especialmente orgulloso de haber realizado
varias tareas, sin tomar en consideración de que éstas sean más cortas
("¡¡¡Profesor!!! ¡¡¡He terminado los cinco ejercicios!!!").
3.3.- A
consecuencia de lo expuesto en el epígrafe anterior, la familia no deberá dar
más tarea a su hijo/a, y se recomienda encarecidamente que NO apunte a su
hijo/a a clases particulares. Los tiempos de descanso de un/una niño/a con TDAH
han de ser superiores que los del resto de niños/as.
3.4.- Como
complemento del apartado anterior, la familia deberá respetar los tiempos de
descanso del/la hijo/a.
4.- Motivación
del/la hijo/a.
4.1.- La
familia deberá, junto con el profesorado, localizar las aficiones del/la niño/a.
Todos/as los/as niños/as tienen una parcela, a veces secreta, a veces muy
manifiesta, en la que destacan notablemente.
4.2.- Se
deberá usar esta afición especial a la hora de gestionar la evolución positiva
del/la hijo/a. En caso de logro conseguido en las facetas menos agradables para
el/la alumno/a, se implementará el desarrollo de esta afición a modo de premio.
En caso de un mal comportamiento o de una manifestación muy negativa en
cualquier otro ámbito, se deberá penalizar al/la niño/a no permitiéndole
dedicarse ese día a esa afición que tanto le aporta.
4.3.- Se
deberá potenciar positivamente las actitudes que debe desarrollar el/la hijo/a.
Por ello, la realización de la afición detallada en el epígrafe anterior deberá
considerarse como un premio. En caso contrario, se considerará como una
penalización en la medida en que al/la niño/a "no se le da el gusto".
4.4.- La
familia, junto con el profesorado, deberá fomentar en el/la hijo/a / alumno/a
con TDAH la participación en actividades deportivas y/o artísticas. Estas
actividades son altamente relajantes para cualquier niño. El deporte permite
"quemar" el estrés acumulado durante el día, y además permite
mantener un estado de salud adecuado. Las manifestaciones artísticas (música /
dibujo-pintura) permiten, en su vertiente práctica, "evadirse" de la
realidad del estudio, a la vez que permiten crear/producir sonido e imagen
respectivamente. Se implementa la tremenda creatividad del/la niño/a. En el
caso de la música, se deberá respetar ESCRUPULOSAMENTE la opción de instrumento
que manifieste el/la niño/a. Quien va a practicar el instrumento elegido es
el/la niño/a, que no los demás miembros de la familia.
4.- Conclusiones.
El TDAH es un
problema a veces muy difícil de gestionar. La gestión de semejante síndrome no
compite a nadie en exclusiva, sino a todas las personas que tengan relación con
el/la alumno/a aquejado de TDAH. Cada actor debe tener una cota de
responsabilidad determinada y un campo de acción muy bien delimitado. En este
contexto, el profesorado debe encargarse expresamente de la vertiente educativa
y socializadora, la familia debe encargarse de la educación propiamente dicha
complementándose con la labor del profesorado, y el resto del alumnado,
debidamente concienciado por el profesorado, deberá asumir la parte práctica
del ámbito de socialización.
Cada actor
deberá asumir su parte de trabajo complementándose con los demás actores, pero
sin solaparse mutuamente. No hay nada más contraproducente que actuaciones
contradictorias entre sí.
De esta
manera, se conseguirá un desarrollo óptimo de un/una alumno/a con TDAH, sacando
lo mejor de la persona y logrando su plena inserción en casi igualdad de
condiciones que el resto y con resultados frecuentemente modestos en la
infancia/adolescencia, pero mucho más notables - a veces incluso superiores -
en la edad adulta.
Sergio Hódaz Caño.