Como bien se ha dicho en anteriores ocasiones, el TDAH es un
problema cada vez más presente en nuestras aulas. Así mismo, es un problema
complejo al que hay que procurar dar la mejor respuesta posible. De la
respuesta que se dé dependerá el éxito del/la alumno/a aquejado de TDAH como
alumno/a y como persona.
La respuesta que se ha de dar a los problemas provocados por
el TDAH en el aula ha de ser una respuesta coordinada en la que han de
intervenir varios actores: compañeros/as del/la alumno/a, profesorado, tutor/tutora,
departamento de Orientación, Equipo Directivo, y sobre todo familia.
Una ratio moderada de alumnado por unidad de clase facilita la tarea de atención que debe realizar el profesorado con el alumnado diagnosticado con TDAH. No obstante, éste no es el único indicador a tener en cuenta.
A continuación se propone una serie de indicadores y consiguientes actuaciones que pueden
determinar en el aula la integración y el éxito escolar del alumnado con TDAH.
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INDICADORES 
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MANIFESTACIONES /
  RESPUESTAS 
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Formación del profesorado 
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- El profesorado debe antes que nada tomar consciencia del
  alcance de los problemas que ocasiona la presencia del alumnado con TDAH en
  clase. 
- Debe ser consciente de que el alumnado con TDAH no puede,
  en un principio, aportar las mismas respuestas que aportaría el alumnado no
  aquejado de este problema ante las distintas situaciones planteadas. 
- Debe tener presente una serie de pautas de actuaciones a
  llevar a cabo, todas tendentes a desarrollar la autoconfianza del alumno en
  sus propias posibilidades y su autoestima ("Tú también puedes"). 
- Realizar un estudio previo para evaluar las distintas
  actitudes de un alumno con TDAH, con el fin de establecer unas pautas de
  trabajo/actuaciones acordes con el alumnado que hay que atender (atención
  personalizada). 
- Establecer contacto con otros profesionales para
  interesarse por las actuaciones llevadas a cabo en otros centros. El intercambio
  de ideas es una riquísima fuente de información. 
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Actitud del alumnado con
  TDAH 
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- El alumnado con TDAH ha de tomar consciencia
  progresivamente del hecho de que no puede aportar de la misma forma que sus
  demás compañeros/as las respuestas requeridas por las distintas situaciones
  planteadas. 
- El alumnado con TDAH no es peor que el resto del
  alumnado. Sólo es diferente, y puede aportar mucho ("Tú también
  vales"). 
- Conforme el alumnado con TDAH va creciendo y madurando,
  adquisición del convencimiento de que se puede conseguir los mismos
  resultados que los demás, pero trabajando de forma distinta (puede ser mayor
  cantidad de trabajo, puede ser simplemente enfocar el rendimiento académico
  de otra forma alternativa, pero igual de eficaz). 
- Procurar mostrar una actitud receptiva ante los
  requerimientos del profesorado, especialmente cuando se valora los aciertos
  académicos y las buenas actuaciones comportamentales. 
- Ser consciente de los posibles itinerarios para alcanzar
  las mismas metas que el resto del alumnado. 
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Comportamiento del
  alumnado con TDAH 
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- Con una muestra de mal comportamiento, detrás hay una
  voluntad de llamar la atención. Ante tal actitud, tanto el profesorado como
  el resto del alumnado NO DEBEN REACCIONAR. 
- En caso de actitudes gravemente disruptivas en el aula,
  el resto del alumnado no deberá intervenir bajo ningún pretexto. El profesor
  deberá invitar al alumnado autor de tal actitud a salir al pasillo. El
  profesor preguntará a este/a alumno/a por los motivos de tal actitud
  disruptiva. El/la alumno/a, que generalmente se tranquiliza en este corto
  espacio de tiempo, se verá abocado a disculparse y a rectificar su actitud. 
- Algunas intervenciones desafortunadas se deben a una
  manifiesta falta de madurez del/la alumno/a. Es la manifestación del deseo de
  jugar. El alumnado con TDAH generalmente no distingue claramente el límite
  entre una situación lúdica y una situación más seria y más formal. Por ello,
  a veces es necesario "frenarlo". 
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Optimización del rendimiento
  académico 
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El alumnado con TDAH suele tener serios problemas de
  concentración, lo cual redunda en un rendimiento académico insuficiente. Por
  ello: 
- deberá realizar tareas que versen sobre los conocimientos
  y aptitudes a adquirir, pero adaptadas a sus limitaciones. 
- deberá realizar tareas generalmente cortas. Mejor muchas
  tareas cortas que pocas tareas largas. 
- completar las clases magistrales con unos materiales
  especialmente diseñados para el alumnado con TDAH: materiales muy gráficos
  (por ejemplo, un tema de historia completado con un cómic u otro documento
  por el estilo). 
- a partir del apartado anterior, desarrollo de la memoria
  gráfica e iconográfica. 
- el profesorado deberá incentivar la voluntad de trabajo
  del alumnado con TDAH indicándole las ventajas de un trabajo bien realizado.
  Para el alumnado de menor edad y menor madurez, la economía de fichas suele
  resultar altamente motivadora. 
- desarrollar en el alumnado con TDAH la autoconfianza y la
  autoestima. ("¿Qué tendrán los demás que no tenga yo?"). 
- incentivar en el alumnado con TDAH las aptitudes
  especiales que tenga en ciertos terrenos (aptitudes artísticas, facilidades
  con las nuevas tecnologías, etc...) 
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Interacción
  profesorado-departamento de Orientación 
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- Concertar todas las actuaciones, tanto pedagógicas como
  actitudinales, con el Departamento de Orientación. 
- Realizar evaluaciones puntuales para medir
  convenientemente la evolución del alumnado con TDAH, y así adaptar
  constantemente las adaptaciones curriculares según la evolución constatada. 
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La familia 
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La familia ha de ser muy consciente de que un/una hijo/a
  con TDAH requiere una atención continua. Por ello, se recomienda llevar a
  cabo las actuaciones abajo indicadas: 
- perfecta y total coordinación con el profesorado y el
  Departamento de Orientación. 
- en casa, ayudar al/la hijo/a a hacer los deberes y a
  estudiar, SIN REEMPLAZAR AL PROFESORADO. 
- ser conscientes de las limitaciones inherentes al TDAH.
  Por tanto, no exigir al/la hijo/a más de lo que puede rendir. 
- ser paciente con ciertas manifestaciones comportamentales
  del hijo/a, sin por ello dejarlo/a a su libre albedrío. 
- dar cariño y afecto al/la hijo/a. Un niño/a con TDAH
  requiere tal vez más cariño, afecto, copmrensión y apoyo que un/a niño/a no
  aquejado/a por este problema. 
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Interacción alumnado con
  TDAH - resto del alumnado 
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La relación entre el alumnado con TDAH y el resto del
  alumnado resulta determinante para la integración del alumnado con TDAH en el
  funcionamiento de la clase y para su correcta socialización. Para ello, el
  profesorado deberá propiciar un ambiente de paciencia y colaboración entre el
  alumnado de clase. Todos/as los alumnos/as pueden aportar muchas cosas
  positivas para el correcto desarrollo de la clase. En este contexto, una
  actitud paciente, tolerante y receptiva del resto del alumnado puede dar
  lugar a los siguientes efectos: 
- plena incorporación del/la alumno/a con TDAH en el seno
  de su clase, aportando aquello que pueda aportar para enriquecer a la clase. 
- desarrollo de las actitudes de estudio y mejora del
  alumnado con TDAH, mediante la ayuda activa por parte del resto del alumnado.
  En este caso, incorporar al/la alumno/a con TDAH en un pequeño grupo de
  trabajo de no más de tres-cuatro personas resulta altamente positivo. 
- toma de consciencia del alumnado con TDAH de una actitud
  negativa y sus efectos una vez compruebe la indiferencia del resto del
  alumnado ante tal manifestación. 
- hacer sentir al/la alumno/a con TDAH como uno/a más en la
  clase. Sin discriminación ni positiva ni negativa. Pero reconociendo las
  buenas actitudes y los logros académicos de este alumnado. 
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